Habla con sabiduría, instruye con amor

Una señora mayor aconsejando a una joven
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“Trata a alguien como es y seguirá siendo como es. Trátelo como puede ser y será lo que fue llamado a ser”.

En un día normal de la vida, podemos encontrarnos con diferentes tipos de personas. Desde personas muy capaces, inteligentes, a las que admiramos, hasta personas poco preparadas, sin conocimientos y que consideramos “incapaces” para algunas cosas. La frase que da comienzo a esta reflexión habla de cómo debemos actuar con las personas, y hace más referencia al segundo grupo de personas mencionado aquí que al primero.

El empleado que hace todo mal, el niño que no puede cumplir con sus obligaciones, la empleada doméstica que no es meticulosa en la limpieza, pueden ser solo un reflejo de la forma en que los tratas. La mayoría de las veces, con la orientación adecuada, podemos estimular el aprendizaje. Esto sucede porque está comprobado que cuando alguien quiere aprender algo, aprenderá. No sucede lo mismo cuando hay resistencia en el aprendizaje. Por tanto, la forma en que transmitimos el conocimiento o la información es fundamental para estimular el aprendizaje.

El verso base de hoy es un proverbio, que tiene solo 6 palabras y es muy profundo: “Habla con sabiduría, instruye con amor“. ¿Qué aprendo de él? Forma y Contenido.

  1. Contenido – “Habla con sabiduría”: Al dar una instrucción, necesito ser sabio. No puede ser cualquier explicación. Por lo tanto, necesito buscar la respuesta más completa, más clara y más directa posible. Si simplemente le digo a mi empleado que “envíe un correo electrónico al cliente” y no soy específico sobre el mensaje en sí, no tengo derecho a sentirme frustrado con el resultado.
  2. Forma – “Instruye con amor”: el segundo punto de este verso indica la forma en que debo transmitir esta información. Es con amor, no a gritos, no en tono de queja, reclamación o ironía. ¡Es con amor! No es a regañadientes, o con irritación. ¡Es con amor!

Que Proverbios 31:26 esté en tu mente en todas las situaciones del día a día. Cuando algo no salió como esperabas, recuerda: “Habla con sabiduría, instruye con amor”.

Oración: Señor, quiero aprender a hablar sabiamente y enseñar con amor, como me enseña tu palabra. ¡Amén!

Versículo base:Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor.” (NVI) Proverbios 31:26

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