El zorro y la cabra

Esta es una de las conocidas Fábulas de Esopo.

Se dice que un zorro cayó en un pozo y quedó atrapado, sin poder trepar. Esperó durante horas, hasta que una cabra sedienta llegó al pozo. Al ver al zorro, la cabra preguntó si el agua del pozo era buena para beber. El zorro, contento con la llegada de la cabra, dijo que sí e invitó a la cabra a bajar.

Pensando solo en su deseo de agua, la cabra descendió de inmediato. Después de saciar su sed, la cabra se dio cuenta de que, al igual que el zorro, estaba atrapada dentro del pozo. Entonces el zorro tuvo una idea:
– “Cabra, si pones tus patas en la pared e inclinas tus cuernos, puedo trepar por tu espalda, agarrar tus cuernos y saltar del pozo. Luego te sacaré”.

La cabra aceptó de inmediato la propuesta del zorro y se apoyó con sus patas delanteras en la pared del pozo. Para que el zorro pueda subirse a su espalda y saltar fuera del pozo. Pero el zorro no cumplió su pacto y dejó a la cabra atrapada dentro del pozo. La cabra se quejó a gran voz de la actitud del zorro y este volvió al pozo, solo para decir:
– “Si tuvieras tantos sesos en la cabeza como pelos en la barba, no habrías bajado antes de encontrar la manera de subir”.

Este cuento enseña que un hombre prudente primero debe considerar el fin de sus acciones antes de ponerlas en práctica.

Esto es lo que también aprendemos en la ilustración de Jesús, en Mateo 7, en los versículos 24 al 27, donde habla del hombre sabio que edificó su casa sobre la roca y lo compara con el hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. La gran diferencia entre los dos fue que el primero consideró cuál podría ser el resultado de sus decisiones, mientras que el segundo las ignoró por completo.

¿Has estado evaluando el resultado de tus decisiones antes de tomarlas?

Oración: Señor, quiero ser como el hombre prudente que edifica su casa sobre la roca. Ayúdame a considerar las consecuencias de mis decisiones. Amén.

Versículo base: “Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca. Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena. Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo”. (NTV) Mateo 7:24-27

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