En el principio era el Verbo

El planeta visto desde el espacio, en imagen que simboliza la creación del mundo
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Los 4 evangelios hacen, en su primer capítulo, alguna referencia a la divinidad de Jesús. En Mateo 1, verso 23 se le llama “Emanuel“, que significa “Dios con nosotros“. En Marcos, capítulo 1, se relata el bautismo de Jesús y la voz que se escuchó desde el cielo: “Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo.” (versículo 11). En Lucas, capítulo 1, versículo 35, el ángel anuncia su embarazo a María y declara: “Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.”.

El texto de Juan, sin embargo, no puede ser más claro y directo. Comienza hablando de alguien, que estaba con Dios desde el principio, y lo llama “verbo” y afirma categóricamente que ese verbo era Dios: “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios.“. Y si alguien pudiera todavía dudar de que este verbo era Cristo, el versículo 14 despeja toda duda: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre“.

Mi amado hermano y hermana. Algo importante que debemos entender acerca de Jesús: Él es Dios. Jesús no fue creado, como tú y yo. Él siempre existió con el Padre. No sólo estuvo presente en la creación del mundo, sino que a través de él se creó todo lo que existe. Él era el verbo, la palabra por la cual el mundo fue creado. Él fue el “Sea la luz.” de Génesis 1:3. Por medio de él, todo llegó a ser: “Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho“, Juan 1:3

Jesús, el mismo Dios Hijo, aquel por quien este mundo fue creado, dio su vida por ti y por mí. Alabado sea su nombre por siempre.

Oración: Jesús, alabo tu nombre porque, siendo Dios, viniste a este mundo a morir por mí. ¡Amén!

Versículo Base: En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre. (NVI) Juan 1, versículos 1 al 3 y versículo 14

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