Andando la milla extra

Ocurrió en 2015, en Florida, Estados Unidos. Un vagabundo llamado John Helinski fue a un refugio a pasar la noche. Una vez allí, uno de los requisitos para ingresar al lugar era la presentación de un documento de identificación. John, sin embargo, ya llevaba tres años viviendo en la calle y no tenía ningún documento, ya que se lo habían robado hacía mucho tiempo.

En lugar de simplemente despedirlo, uno de los trabajadores pensó que debería ayudar al hombre de 62 años. Su nombre era Charles Inman y llamó a un amigo policía llamado Daniel McDonad, quien fue al refugio para ayudar al Sr. Helinski a recuperar sus documentos. John fue llevado a una oficina de Servicios Sociales de Estados Unidos y allí descubrió algo increíble: John Helinski tenía una cuenta bancaria, en la que estaba depositado una importante suma de dinero. Durante los 3 años que vivió en la calle, la jubilación del señor Helinski había sido depositada en esta cuenta periódicamente, y ahora acumulaba una cantidad muy interesante. Con esto, John Helinski pudo alquilar un apartamento y vivir dignamente a partir de este momento.

John Helinski sólo salió de la calle porque dos seres humanos llamados Charles y Daniel se preocuparon por él y anduvieron una milla extra, e hicieron algo “a más”. Hicieron un esfuerzo adicional.

Jesús, enseñando a una multitud, habló sobre andar la milla extra. Dijo que “a cualquiera que te obligue a andar una milla, ve con él dos”. Y aunque John no obligó a nadie a caminar ni siquiera la primera milla, Charles y Daniel, por voluntad propia, decidieron ir más allá. Eligieron hacer un esfuerzo mayor y eso cambió la vida de John.

¿Ha estado caminando millas adicionales? ¿Es usted alguien que hace más de lo necesario por el bien de su prójimo?

Oración: Señor, quiero ser alguien que hace un esfuerzo adicional. Quiero ser alguien que realmente se preocupa por los demás y hace algo extra, que incluso puede transformar su vida. Amén.

Haz eso algo más por tu prójimo

41 y a cualquiera que te obligue a andar una milla, ve con él dos;
42 al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda.

Mateo 5:41-42 (LBT)

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