¿Quién es tu “Maradona”?

Quien es tu Maradona?

Soy un apasionado del fútbol y sigo, siempre que puedo, las principales competiciones del mundo. Y muchas cosas me llaman la atención en el deporte más popular del planeta. En la semana en que escribo esta reflexión, Napoli empató con el Cagliari jugando como visitante, y en consecuencia, perdió el liderato del campeonato italiano, cayendo al tercer puesto de la tabla.

Desde hace algún tiempo he estado poniendo atención al Napoli, un club relativamente pequeño en Italia. El club vivió una época de gloria, cuando Maradona formo parte del equipo, entre 1984 y 1991, época en la que el club italiano ganó sus dos únicos títulos nacionales y también la Copa de la UEFA. Desde entonces, Napoli ha estado tratando de vivir nuevamente un período de conquistas, pero ha sido algo muy difícil. Sin un nuevo ‘Maradona‘ en su plantilla, el club viene fracasando en su intento de volver a sus días de gloria.

Algunos de nosotros vivimos nuestros mejores días con un “Maradona” en el equipo. Este Maradona pudo ser un trabajo, una persona o un negocio. Sin embargo, cuando perdimos este ‘Maradona’, el mundo se nos derrumbó y desde entonces los días han sido difíciles. Para algunos de nosotros, este “Maradona” era como si fuera un “Dios”, como le decían a Maradona en la ciudad de Nápoles o en Argentina.

Mejor es confiar en el Dios verdadero. Mejor es poner nuestra confianza, no en un “Maradona” finito, limitado, mortal. Mejor es confiar en el Dios de lo imposible, omnipotente, omnipresente y omnisciente, que lucha por nosotros y dirige nuestra vida.

¡Elijo renunciar a cualquier “Maradona” que pueda tener en mi vida y confiar solo en Dios!

Aquí, otras lecturas de la Serie Fe en el Camino:
Día 1 – Fe en el camino
Día 2 – “Despacito, que voy de afán”
Día 3 – ¿Quién está al mando?
Día 4 – Reconoce al Señor en todos tus caminos

Oración: Señor, elijo confiar en ti y en nadie o nada más que en ti. ¡Amén!

Versículo base: Los que confían en el Señor son como el monte *Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre. Como rodean las colinas a Jerusalén, así rodea el Señor a su pueblo, desde ahora y para siempre. (NVI) Salmos 125:1-2

Loading

Compartilhe:

Adicionar um Comentário

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *