Principio de la oración basado en Santiago 4:3

Este devocional es parte de la Serie “7 Principios para un Año Extraordinario”.
Versículo del día: Santiago 4:3

Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer. (NTV) Santiago 4:3

Hay versículos en la palabra de Dios que son poderosamente esclarecedores. Son la fuente del conocimiento más elevado de Dios, de cómo piensa, de cómo actúa y cómo ve el mundo. Pero los ignoramos. No nos damos al trabajo de reflexionar sobre ellos de la manera correcta y, sobre todo, en aplicar lo que ha sido revelado a nuestras vidas.

Después de la fe, porque “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6), el segundo principio que debemos traer a nuestra vida para tener un año extraordinario es el principio de la oración.

La oración fue creada por Dios. Ella no es una invención humana. Ella es tan importante, que Jesús, cuando vino al mundo, enseñó a sus discípulos a orar. Y también oraba, aunque era Dios. Por tanto, no hay forma de pensar en un año extraordinario sin oración. No debemos pasar un solo día sin orar.

Y entonces, llegamos a Santiago, capítulo 4, en el versículo 3, que nos revela un gran secreto. Él cuenta porque muchas oraciones quedan sin respuesta. Y la razón es sencilla: la intención de nuestro corazón. Oramos y no recibimos lo que pedimos, porque pedimos para nuestro propio placer y bienestar. Pedimos solo para deleitarnos en nuestros propios placeres. Luego, si quiero que mis oraciones sean contestadas, debo vigilar mi corazón.

Si le pido a Dios prosperidad, ¿para qué la quiero? ¿Para mi propio disfrute o para bendecir a otros, para ayudar a los necesitados y para expandir el reino de Dios? Y Dios pondrá a prueba mi corazón. Él me hará prosperar en lo más mínimo y vigilará lo que hago con lo que he recibido. Y pronto me dirá: “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré”. (Mateo 25:23).

Antes de orar y pedir algo, revisa tu corazón. Quizás tu pedido cambie, o quizás sea tu corazón lo que necesita ser transformado. El Espíritu Santo te lo revelará.

Serie: 7 principios para un año extraordinario:
Principio de la fe basado en Isaías 26:3
Principio de la oración basado en Santiago 4:3
Principio de la visión basado en Habacuc 2:2
Principio de la gratitud basado en 1ª Tesalonicenses 5:18
Principio del aprendizaje basado en Proverbios 19:20
Principio de la excelencia basado en Eclesiastes 9:10
Principio de la bondad basado en Gálatas 6:9

Oración: Señor, quiero pedirte lo que necesito, de la manera correcta, no para mi placer, sino para que pueda ser una herramienta para expandir tu palabra en este mundo y establecer tu reino. Amén.

Versículo base: Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer. (NTV) Santiago 4:3

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