“Ve a plantar papas”

Dibujo de un hombre diciendo a su vecino que va plantar papas

Mi amigo Lauri en Brasil, compartió en las redes sociales que su hermana le dijo: “Ve a plantar papas”. En portugués, mandar a alguien “plantar papas” es una ofensa muy común. Pero en ese caso, no era una ofensa. Ella le dio dos papas para que pudiera plantar. El resultado fue la cosecha de 19 papas. Lauri también comentó en su publicación que muchas veces le dijeron “ve a plantar papas” (ahora si como ofensa). Pero nunca le habían dado las papas para que las cultivara.

En este pequeño episodio, puedo aprender muchas cosas. La primera de ellas es el poder de la naturaleza en la multiplicación. Lauri podría haber cocinado las dos papas. Pero optó por plantarlas y cosechó 19. Tuvo que correr el riesgo de perder las dos papas, plantarlas, esperar el tiempo y tener paciencia. Y llegó el resultado.

La segunda es que solo el trabajo traerá resultados. Las papas no se multiplican por sí solas. Necesito plantar, regar y cultivar. Y pasa lo mismo con los talentos que Dios me ha dado. Sin trabajo, el talento no dará frutos.

Y la tercera es que puedo sembrar semillas en la vida de alguien. Puedo darle dos papas al que no tiene y darle la oportunidad a esa persona de hacer algo con ellas. El poder de bendecir a los demás está en mí.

Concluyo con esta cariñosa recomendación: “ve a plantar papas

Oración: Señor, quiero plantar papas. Quiero ver el poder de la multiplicación, el fruto de mi trabajo y así poder sembrar en la vida de alguien. ¡Amén!

Versículo base: Y el que da la simiente al que siembra, también dará pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los crecimientos de los frutos de vuestra justicia. (NVI) 2 Coríntios 9:10

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