No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

Un amigo brasilero, me pidió buscar proveedores de un producto específico en Colombia, para exportar a Brasil. Hice mi investigación de mercado y encontré algunas empresas que tienen el producto que mi amigo está buscando. Me comuniqué con las empresas identificadas y muchas de ellas ni siquiera me respondieron.

Pero una de ellas me respondió, a través de su responsable por la gestión de negocios internacionales. Le pedí que enviara la hoja técnica de los productos y una referencia de precio para la importación de un contenedor completo a Brasil. Su pronta respuesta fue:
-“Mañana te enviaré todo.”

Pasaron dos semanas y no recibí ninguna información. Entonces volví a escribirle para solicitar nuevamente el envío de las hojas técnicas y los precios y recibí la misma respuesta que antes:
-“Mañana te enviaré todo.”
Y al momento de escribir esta reflexión ya ha pasado una semana más, sin que haya recibido una simple hoja técnica y un precio para exportar un contenedor completo a Brasil.

Las empresas pierden mucho dinero, cuando sus empleados no hacen lo que hay que hacer. Es muy probable, que este empleado pierda mucho tiempo en reuniones internas improductivas, distracciones, y falta de foco, al punto de no sacar 20 minutos de su tiempo para preparar información que pueda posibilitar una venta interesante para su empresa. Lo más probable es que los socios de la empresa no sepan, y nunca sabrán, cuánto dinero pierden cada día por culpa del “mañana lo haré” que nunca se hace.

Pero no es diferente en nuestra relación con Dios. Muchos llevan años diciendo: “Mañana me voy a levantar temprano para orar” o “mañana voy a empezar a leer la Biblia diariamente”. Pero ¿por qué no empezar hoy o ahora mismo?

“Lo haré mañana” es una forma de evadir la responsabilidad de hoy, postergándola para un “mañana” que no sabemos si llegará. Por tanto, no dejamos las cosas de Dios para mañana. Hagamos hoy.

Oración: Señor, no quiero dejar para mañana lo que pueda hacer hoy. No quiero ser alguien que posterga el trabajo y mucho menos, el que posterga la oración y la lectura de la palabra. Amén.

Versículo base: Nunca digas: “Te ayudaré mañana”, cuando puedas ayudar hoy. (BTLA) Provérbios 3:28

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