Ni siquiera un día libre

Fue el 3 de diciembre de 1976, cuando Bob Marley sufrió un atentado, en el interior de su propia casa, en vísperas de un concierto por la paz, que se celebraría el 5 de diciembre de ese mismo año. Un total de siete hombres armados irrumpieron en su casa, donde se encontraban Bob Marley, su esposa Rita Marley y algunos de los miembros de su banda. Rita Marley recibió una bala en la cabeza y Bob Marley recibió un disparo en el pecho. Algunos de los músicos también fueron disparados, pero, sorprendentemente, nadie murió. Y dos días después, el 5 de diciembre, Bob Marley se presentó y cantó por la paz durante varios minutos, incluso abriéndose la camisa para mostrar la herida de bala que le había atravesado el pecho y se había alojado en el brazo. Cuando se le preguntó por qué fue al espectáculo, a pesar de que estaba herido, Bob Marley habría dicho:
– “La gente que intenta hacer de este mundo un mal lugar, no se toma ni siquiera un día libre. ¿Cómo se supone que lo tomaría yo?”.
Bob Marley moriría de cáncer 5 años después, con la bala todavía alojada en su cuerpo.

Nuestro adversario, el diablo, tampoco se toma un solo día libre. Es incansable en su obsesión por destruir la creación más preciada de Dios: el ser humano. Y si Satanás no se toma un día de descanso, yo tampoco lo haré. Y todos los días de mi vida, proclamaré las verdades del evangelio y de la salvación.

Nuestro ministerio, Hora de Orar, publica devocionales diariamente, desde hace más de 1500 días, sin haber faltado uno solo. Sin importar si es fin de semana, feriado, Navidad o Año Nuevo, Hora de Orar ha sido constante en anunciar las verdades del Señor, sin días libres, porque Satanás tampoco se toma días libres.

Finalmente, el ataque a Bob Marley y su perseverancia en hacer el espectáculo, a pesar de estar herido, me recordó a 2ª Corintios, donde el apóstol Pablo dice: “Somos derribados, pero no destruidos”. Incluso si el enemigo intenta hacernos daño, no seremos destruidos. Y es con esta fe que debemos perseverar.

Mi deseo es que sientas en tu corazón este deseo de proclamar la palabra, cada día, de la manera que Dios te ha mostrado que debes hacerlo.

Oración: Señor, decido perseverar. No me tomaré ni un solo día libre, y anunciaré tus verdades todos los días de mi vida. Amén.

Versículo base: Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación. Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos. Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo. (NTV) 2ª Coríntios 4:8-10

Loading

Compartilhe:

Adicionar um Comentário

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *