La futilidad del ser humano

Hay miles de ejemplos de la futilidad de ser humano. Pero hoy quiero traer uno de ellos aquí.

Ocurrió en 2018. Kylie Jenner, a sus 21 años, ya contaba con un patrimonio cercano a los $ 900 millones de dólares. Entonces, un movimiento en Internet comenzó a donar dinero a Kylie Jenner, para que se convirtiera en la persona más joven en convertirse en multimillonaria, superando a Mark Zuckerberg, fundador de Faceebok, quien se convirtió en multimillonario a los 22 años.

Con tantas necesidades en el mundo, donar dinero para que alguien sea el multimillonario más joven de la historia revela la futilidad del ser humano, la falta total de sensibilidad ante las necesidades reales de quien realmente no tiene nada. Todo el mundo tiene derecho a hacer lo que quiera con su dinero, eso es cierto, pero las decisiones sobre dónde y como gastar su dinero revelan mucho sobre cómo percibes el mundo.

No quiero ser ciego a las necesidades que me rodean. Pero pido sabiduría a Dios, para saber discernir lo que es realmente una necesidad y lo que es futilidad. Hay muchas personas en el mundo que realmente necesitan ser vistas, apoyadas, ayudadas. Son las personas invisibles, que están en las calles, pero no las vemos. Ellas están en las salidas de los supermercados y en las plazas, pero las ignoramos. Y si bien reconozco que es necesario discernir a quién se debe o no ayudar, no ignoro lo que leo en Proverbios 21:13: “Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda.”

Oración: Señor, quiero tener discernimiento para saber quién debe y quién no debe ser ayudado. Muéstrame a quién y cómo ayudar. No quiero hacerme sordo al clamor de los pobres. ¡Amén!

Versículo base: “Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda.” (NVI) Proverbios 21:13