Tiempo de callar y tiempo de hablar

Una mujer pensando y un hombre hablando, el versículo de Eclesiastes 3:7
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Ocurrió en el Mundial de 2010. Corea del Norte jugaba por segunda vez en el mundial y en segunda ronda se enfrentaba a la selección de Portugal. En su primer paso, en 1966, logró avanzar de etapa en un grupo que tenía a Unión Soviética, Chile e Italia y se había alcanzado la histórica clasificación con victoria sobre Italia, por 1 a 0. En la siguiente etapa fue eliminada precisamente por Portugal, en un partido donde Corea del Norte ganaba por 3 a 0, pero que terminó derrotada por 5 a 3.

Luego nos remontamos a 2010, cuando después de perder 2 por 1 ante Brasil en su estreno en esta edición, Corea del Norte se enfrentaba a Portugal. Debido al buen desempeño de la selección coreana ante Brasil, por primera vez en la historia, la dictadura norcoreana decidió transmitir el partido en vivo por su televisión estatal. Millones de coreanos se sentaron a ver el partido. El primer tiempo terminó 1 a 0 a favor de Portugal, pero los comentaristas coreanos confiaban en el empate: “Si jugamos con nuestro estilo podemos marcar“, decían los comentaristas.

Llegó el segundo tiempo y ¿qué pasó? Goleada histórica de Portugal que aplicó un indiscutible 7 a 0 a la selección norcoreana. Y los comentaristas motivados, ¿qué decían? Nada, absolutamente nada. En un momento, la televisión coreana simplemente se quedó absolutamente en silencio y ya no comentó más el partido. Tampoco retransmitió más partidos de ese Mundial.

Esta historia, que he contado con muchos detalles, me hace pensar que a veces debo callar, pero no ante mi adversario, sino ante Dios. Esto es lo que aprendo de su palabra:

  • El Señor está en Su santo templo: Calle delante de Él toda la tierra – Habacuc 2:20
  • Guarde silencio toda carne delante del Señor, porque Él se ha levantado de Su santa morada – Zacarías 2:13

El silencio es también una manifestación de respeto hacia una autoridad. Este no fue el caso de los norcoreanos, que guardaron silencio por su orgullo. Sin embargo, como aprendo en Eclesiastés 3 versículo 7, hay “tiempo de callar y tiempo de hablar“. Y hay que ser sabio para entender cuándo es el momento de uno u otro.

Oración: Señor, revélame si es hora de hablar o de callar. Que mi silencio no sea motivado por el orgullo, sino por el respeto o cualquier otra razón que venga de ti. ¡Amén!

Versículo base: Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: Tiempo de rasgar, y tiempo de coser; Tiempo de callar, y tiempo de hablar. (NBA2005) Eclesiastés 3:1 y 7

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