Gloria eterna que vale más

Una báscula más inclinida hacía la izquierda

No pain no gain“. Es probable que haya escuchado esta frase, que se usa a menudo en el segmento de “fitness”, para las personas que buscan mantenerse en forma. La frase dice que “sin dolor no hay resultados”. Trae la idea de que si no hay sacrificio, esfuerzo y por tanto dolor, no se obtendrán los resultados esperados.

Estoy seguro de que esa frase no solo se aplica para mantenerse en forma. De hecho, desde el día de nuestro nacimiento, hemos aprendido que los procesos serán dolorosos. El nacimiento en sí es un proceso doloroso, no solo para la madre, sino también para el bebé que viene al mundo. Trate de imaginar lo cómodo que estaba ese bebé, cálido y protegido en el vientre de su madre, cuando es quitado de su comodidad, abruptamente. Y desde entonces, los procesos son “dolorosos”. Escuela, formación, crecimiento profesional, la realidad de la vida. No hay proceso en la vida humana que esté 100% libre de “dolor”.

Y hay muchos pasajes bíblicos que revelan lo difícil y doloroso que puede ser caminar en Cristo. Sin embargo, en prácticamente todos ellos, el dolor se ve como un proceso y no como el objetivo en sí. No fuimos creados para sentir dolor y sufrir en esta vida. El dolor es un proceso, nada más. El dolor es una parte de la vida por la que necesariamente atravesaremos, pero que dará mayor fruto en nosotros: “Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento”. En el dolor, nuestro carácter se forma y nuestro espíritu se prepara, para una gloria eterna que supera con creces cualquier cosa que podamos vivir aquí en la tierra.

Por lo tanto, nuestro desafío es aprender a enfrentar el dolor como un proceso y salir aprobado. Porque la gloria eterna supera cualquier sufrimiento en este mundo.

Oración: Señor, quiero superar las etapas de dolor. Quiero aprender que el dolor es un proceso por el que debo pasar. ¡Amén!

Versículo base: “Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.” (NVI) 2 Corintios 4:17-18

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