Su tendencia a prostituirse les impide conocer al Señor

Diseño de un corazón contaminado y agonizando.

Ocurrió en Argentina, en 1963. El Movimiento Nacionalista Tacuara planeó un asalto casi perfecto al policlínico bancario. Fue tan bien ejecutado que la policía culpó a otros criminales y desestimó el caso. Sin embargo, meses después, parte del dinero robado se gastó con prostitutas en un cabaret de París. Con eso, se reabrió la investigación y algunos de los verdaderos delincuentes terminaron en la cárcel.

Este episodio me recuerda el texto de Joel 5: 4: No les permiten sus malas obras volverse a su Dios; su tendencia a prostituirse les impide conocer al Señor.“. La inclinación de su corazón hacia la prostitución llevó a estos criminales, que habían cometido un crimen perfecto, a ser arrestados.

Sin embargo, el texto de Oseas hablaba específicamente del pueblo de Israel. Un pueblo que tenía espíritu de prostitución, ya que adoraban a otros dioses. Y llevado a nuestra realidad de hoy, este texto habla de esta generación. Vivimos en un mundo cada vez más prostituido, cuyas acciones no les permiten volverse a Dios. Nuestro mundo tolera cada vez más el pecado e ignora a Dios y su ley.

Este es un excelente momento para pensar si aún no tenemos un espíritu de prostitución. Simplemente revisar nuestros conceptos sobre las leyes y preceptos de Dios. Si ya hemos considerado “normal” todo lo que Dios aborrece, seguramente ya hay un espíritu de prostitución en nuestro corazón. Y es hora de liberarse de este espíritu.

Oración: Señor, quiero estar libre de todo espíritu de prostitución, que acepta y tolera pecados abominables según tu palabra. ¡Amén!

Versículo base: “No les permiten sus malas obras volverse a su Dios; su tendencia a prostituirse les impide conocer al Señor.” (NVI) Oséias 5:4

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