Viviendo en la mentira

En las competiciones de ciclismo, en los años 20 y 30, era habitual ver ciclistas fumando durante la carrera. ¿Por que? Porque en esa época se creía que el cigarro “abría los pulmones”, por lo tanto, ayudaba al desempeño del ciclista. Es más, entre 1920 y 1950 se contrataron médicos para comerciales de televisión, para defender el libre consumo de cigarrillos. Estas fueron algunas de las consignas de los fabricantes de cigarrillos de la época:

• “Cuida tu salud, fuma Chesterfield”.
• “Nunca sientes que fumaste demasiado. Ese es el milagro de Marlboro”.
• “L&M, justo lo que me recomendó el doctor.”
• “Más médicos fuman Camel que cualquier otro cigarrillo”

Hoy en día, los efectos nocivos de los cigarrillos están más que comprobados. Y mentiras como estas, promovidas por los medios de comunicación entre los años 20 y 50, hoy no serían permitidas por la ley ni aceptadas por las personas. Y cada vez más, el ser humano toma conciencia de lo que realmente es bueno o no para la salud.

Desafortunadamente, no ocurre lo mismo con las verdades de la palabra de Dios. La humanidad sigue viviendo en la mentira y el engaño, sin reconocer su necesidad de Dios. La palabra de Dios, la Biblia, todavía es ignorada por la gran mayoría de las personas en este planeta. El mundo sigue viviendo una mentira y cada día se pierden miles de almas.

La Biblia habla de un encuentro entre Jesús y los judíos que habían creído en él. Y entonces Jesús dijo una de las frases que más repetimos hoy: “Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. No hay libertad en la mentira, ella esclaviza, bloquea, destruye. Sólo en la verdad podemos ser verdaderamente libres. Por lo tanto, nuestro mundo sigue siendo esclavo de la mentira y el engaño.

Oración: Señor, te agradezco porque tu verdad me hace verdaderamente libre. ¡Amén!

Versículo base: Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: –Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. (NVI) Juan 8:31-32