La ropa del rey

Dos niñas sentadas y abrazadas en un muelle. Mateo 18:3

Lo más probable es que ya conozcas el cuento sobre el rey, muy vanidoso, que cayó en el engaño de un bandido que le vendió una “ropa invisible”. “Puedo tejer una prenda que solo los inteligentes pueden ver”, dijo el impostor. Entonces el rey, para no confesar su supuesta ignorancia, afirmaba ver la ropa, cuando en realidad no veía nada. Del mismo modo, cada uno de sus súbditos no podía decirle al rey la verdad, para no parecer ignorantes. Luego, el rey se paseó desnudo, mostrando su “prenda invisible”, que en realidad no era más que una gran farsa.

Me pregunto cuántos “reyes” caminan por nuestro mundo, vestidos con su propia ignorancia. Porque lo que no falta en nuestro mundo es ignorancia. Especialmente con las cosas de Dios.

Veo “reyes” vestidos con “la iglesia es para gente ingenua y torpe”. O “reyes” vestidos con “puedo hacerlo yo mismo”. O tal vez incluso vestido de “la Biblia es un cuento de hadas”. Estos reyes caminan con la cabeza en alto, desfilando en su propio orgullo, pero solo están vestidos de ignorancia. Esta supuesta sabiduría, inteligencia o “claridad” sobre las cosas de la vida, de hecho, es su atuendo de ignorancia.

Este cuento termina cuando un niño inocente y sincero grita: “el rey está desnudo”. Luego, uno tras otro, cada uno confesó que no podía ver la ropa del rey. Y la farsa se acabó.

Encuentro esta historia interesante porque la Biblia dice que debemos ser como niños para alcanzar el reino de los cielos. “Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos”, Mateo 18: 3.

¿Eres tú, un “rey vestido de ignorancia”, o un niño que verá el reino de Dios por su sinceridad de corazón?

Oración: Señor, quiero ser como un niño, para poder entrar en tu reino. Me ayuda a identificar las vestimentas de ignorancia que aún tengo. Amén!

Versículo base: En ese momento los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: –¿Quién es el más importante en el reino de los cielos? Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. –Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos. “Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí”. (NVI) Mateo 18: 1-5

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