Y creyó al SEÑOR, y se lo contó por justicia

Una alcancía en forma de cerdito y el verso de Romanos 4:22

Abraham en oración se quejó a Dios pues no tenía heredero y un siervo heredaría todo lo que era suyo. A lo que Dios respondió: “No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas, aquél te heredará. Y le sacó fuera, y dijo: Mira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente. Y creyó al SEÑOR, y se lo contó por justicia“. Este relato se encuentra en Génesis 15: 4-6.

Esta porción de la palabra de Dios es muy interesante. “Y creyó al SEÑOR, y se lo contó por justicia“, como si Abraham hubiera abierto una cuenta corriente en el cielo y Dios mismo hubiera hecho el primer depósito, acreditando en su cuenta una porción de justicia. Y aún más interesante es ver que Pablo trae este texto en su carta a los Romanos y habla de ti y de mí. Hablando de Abraham, Pablo dice: “Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia. Y esto de que ‘se le tomó en cuenta’ no se escribió sólo para Abraham, sino también para nosotros” Esto está registrado en Romanos 4: 20-23.

¿Crees en Dios? Entonces ya tienes una cuenta corriente en el cielo. Y cuanto más creas, cuanto más confíe en las promesas de nuestro Creador, mayor será su “saldo de justicia”. Sí, porque por la fe somos justificados” (lea Romanos 5: 1). La fe nos dará créditos de justicia, como le dio a Abraham, nos dará a ti y a mí.

Oración: Señor, elijo creer. Y estoy agradecido de poder ser justificado por mi fe en Cristo Jesús. ¡Amén!

Versículo base: Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido. Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia. Y esto de que ‘se le tomó en cuenta’ no se escribió sólo para Abraham, sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor. (NVI) Romanos 4:20-24

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