Un simple acto de bondad

Ocurrió en 2016, en la ciudad de Portland, Oregón, en Estados Unidos. Un hombre irrumpió en una tienda de electrónica durante la noche y robó varios artículos valiosos, incluidas computadoras portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes. Y esta sería una historia más de robos, como todos los que suceden a diario, si no fuera por un hecho insólito: pocas semanas después del robo, la tienda recibió un misterioso paquete que contenía todos los artículos sustraídos. Junto al paquete, una carta escrita por el ladrón. En la carta, el ladrón confesó el crimen y expresó su pesar. Pero lo que más me llamó la atención de esta noticia fue la justificación del ladrón por su cambio de opinión: “Fui testigo de un acto de bondad y esto, me hizo replantear mis elecciones”.

Es interesante ver el impacto que un acto de bondad puede tener en la vida de alguien. El ladrón no explicó, en su carta, cuál fue exactamente el acto de bondad realizado, y ni siquiera, si fue un acto de bondad realizado a su favor, o si quizás solo fue testigo. De cualquier manera, es impresionante ver cómo este acto de bondad cambió la forma de ver el mundo para él. Es posible que la persona que realizó este acto de bondad nunca sepa lo que provocó su acción.

Un acto de bondad puede, sin que ese sea su propósito, cambiar la vida de alguien, evitar un suicidio o llevar a alguien a tomar la decisión correcta. Estoy plenamente convencido de que un simple acto de bondad puede mejorar el día de alguien y, quién sabe, llegar a transformar su vida.

Así, me pongo a pensar en cuántas oportunidades tengo todos los días para ser amable, generoso y gentil con alguien. Si puedo estar atento, sabré quién necesita un cariño, una sonrisa o un abrazo. Y un simple acto de bondad puede ser el punto de partida para una vida transformada.

Un simple acto de bondad – Devocional Diario

Oración: Señor, quiero estar consciente de las oportunidades que pueda tener, para un acto de bondad, una palabra amable o una atención especial a quien necesita. Revélame, Señor, lo que puedo hacer por mi prójimo. Amén.

Versículo base: No permitas que nadie menosprecie tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza. (NBA2005) 1ª Timóteo 4:12


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