Todo lo que sube, baja
Las leyes de la física, creadas por nuestro Dios, también nos enseñan. Y por la ley de la gravedad aprendemos que todo lo que sube, baja. Cuando lanzamos algo al aire, sabemos que la gravedad hará su trabajo para traerlo de vuelta a la tierra. Y aunque los aviones y las aves pueden volar, sabemos que no pueden estar en los cielos para siempre. En algún momento, tendrán que bajar y aterrizar.
Esta ley me enseña que cuando las cosas van muy bien en mi vida, puedo tener un “bajón”. Y eso es parte de la vida. Los días buenos y los días malos son igualmente parte de la vida.
Eso nos dice el texto de hoy: “Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero, cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios” Hay un día para subir, pero también hay un día para bajar y Dios permitirá ambos días en tu vida.
En este mismo texto, Salomón también cuenta que ya había visto todo en su vida: “hombres justos a quienes su justicia los destruye, y hombres malvados a quienes su maldad les alarga la vida”. Esto quiere decir que, aunque seamos justos, el día de la “caída” también nos alcanzará.
Ante un mal momento, recuerda que Dios lo permitió. Pero también recuerda que el mismo Dios que permitió el día malo es el Dios que crea los días buenos. El Dios que nos hace levantar y nos permite caer, porque él mismo creó esta ley.
Oración: Señor, quiero confiar en ti en el buen día y en el mal día, en la subida y en la caída. Amén.
Versículo Base: Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero, cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios, y que el hombre nunca sabe con qué habrá de encontrarse después. Todo esto he visto durante mi absurda vida: hombres justos a quienes su justicia los destruye, y hombres malvados a quienes su maldad les alarga la vida. (NVI) Eclesiastés 7:14-15