Ten amigos que te desafíen

Hombre saltando en las montañas, sombolizando avance
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Ocurrió en Sudáfrica. Un hombre fue desafiado por sus amigos a beber 1 litro de licor Jagermeister. Aceptó el reto, bebió el litro de licor en menos de 2 minutos y se desmayó. Fue trasladado a un hospital, pero ya llegó muerto al lugar. El grado de alcohol de la bebida era del 35%. Como referencia, una cerveza común tiene grado alcohólico entre 4% y 10%, mientras que los vinos tienen un promedio de 14%.

Ten amigos que te desafíen. Pero que sus desafíos sean para tu bien, no para tu mal. Que tus amigos te desafíen a ser un mejor padre, esposo o hijo. Que tus amigos te desafíen a ser un mejor profesional, un mejor ser humano, un mejor vecino. Deshazte de los amigos que distribuyen pornografía, adúlteros, hombres que maltratan a sus esposas o no tienen respeto por la autoridad. Deshazte de los amigos que no sean una influencia positiva en tu vida.

Es inevitable hablar de esto y no recordar el Salmo 1. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos” Este africano estaba sentado en la rueda de los blasfemos. Los blasfemos lo convencieron de hacer algo estúpido. Solo querían reírse de él, pero él no pudo entenderlo de esa manera. Y para que los blasfemos se rieran, ese africano perdió la vida.

Afortunadamente, el Salmo 1 nos dice lo que debemos hacer en lugar de sentarnos a esta mesa: “sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella“.

Oración: Señor, no quiero sentarme a la mesa de los blasfemos. No estoy en este mundo para que personas que no se preocupan por mí se rían. Elijo meditar en tu ley, día y noche. ¡Amén!

Versículo base: Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera! (NVI) Salmos 1:1-3

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