Sólo por hoy

Pareja jugando con su bebe al fondo de la imagen
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Para muchas familias es difícil llevar una buena relación. Las peleas y discusiones se vuelven parte de la vida cotidiana y la convivencia se vuelve imposible. Con esto, las relaciones se desgastan y su destino termina siendo el divorcio de la pareja o la pérdida del diálogo y la relación con los hijos. Y si ese es tu caso, hoy quiero hablarte de lo que dice la Biblia sobre las relaciones familiares, acompañado de un sencillo reto. ¿Estás dispuesto?

La Biblia nos enseña acerca de los diferentes roles que los esposos, esposas e hijos tienen en la familia. Veamos cuáles son:

  • Mujeres – sométanse a su esposo como al Señor y trátenlo con respeto (Efesios 5: 22 al 24 y 33).
  • Esposos – amen a sus esposas, como Cristo amó a la iglesia (Efesios 5:25 al 33)
  • Hijos – obedezcan y honren a sus padres (Efesios 6:1-4)
  • Padres – no hagan enojar a sus hijos (Efesios 6:4)

Aclarados los roles de cada uno en la familia, viene el reto: solo por hoy, cumple tu rol, pase lo que pase.

Mujer, sólo por hoy, sométete a tu esposo y trátelo con todo respeto, aunque no te demuestre amor. Esposo, sólo por hoy, ama a tu esposa, sé cariñoso y afectuoso, sin importar cómo ella te trate. Hijo, sólo por hoy, obedece a tu padre y a tu madre, aunque no sean un buen ejemplo para ti. Padres, solo por hoy, no hagan enojar a sus hijos, incluso si no están obedeciendo como ustedes esperarían.

Solo hay un día para cumplir tu papel en la familia. Este día se llama HOY. Y si solo hoy cumples con tu rol, después de muchos “hoys”, comenzarás a ver la transformación que siempre deseaste ver en tu familia. Basta que solo uno de los miembros de la familia decida, solo por hoy, cumplir con su rol y la transformación empieza.

Oración: Señor, quiero cumplir con mi papel en la familia, sin importar el costo. ¡Amén!

Versículo base: Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra. En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo. Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo. ‘Honra a tu padre y a tu madre –que es el primer mandamiento con promesa– para que te vaya bien y disfrutes de larga vida en la tierra.’ Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor. (NVI) Efesios 5: 22-26 e 33 e Efésios 6:1-4

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