“Solo estaba feliz”

Usain Bolt celebra más una victoria. Romanos 12:15

Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, es un jamaicano que ganó 8 medallas de oro en velocidad y fue 10 veces campeón del mundo. En los Juegos Olímpicos de Beijing, el jamaicano rompió el récord mundial de 100 metros, haciendo el trayecto en 9.69 segundos, siendo el primer humano a lograr un tiempo por debajo de los 9.7 segundos. Sin embargo, fue severamente criticado, porque al darse cuenta que tenía una gran ventaja sobre sus competidores, celebró su victoria, incluso antes de cruzar la línea de meta.

Imagine usted que luchó toda su vida para llegar a ese momento, entrenó, superó adversidades, obstáculos y barreras. Llegaste y ganaste. Y cuando te diste cuenta de que llegaría la victoria, lo celebraste. No pudiste evitarlo, porque lo habías soñado todos los días de tu vida. O en las palabras dichas por el propio Usain Bolt: “No estaba alardeando, solo estaba feliz”.

Permítame decir una cosa: el mundo está lleno de personas que no quieren ver su victoria y que se molestarán con su celebración. El mundo está lleno críticas, de odio, y muchos están solo buscando encontrar algo que parezca incorrecto, para que de esa manera, puedan sentirse mejor consigo mismos. Muchas personas van a criticar tus conquistas y no lo hacen porque no quererte, sino para que puedan sentirse mejor consigo mismas y que su fracaso no les cause tanto dolor.

Sin embargo, la Biblia nos enseña que debemos regocijarnos en la victoria de los demás. “Alégrense con los que están alegres”, Romanos 12: 15. Pero esta alegría no siempre ocurre en “piloto automático“, ya que la victoria de alguien puede revelar mi propio fracaso. Por lo tanto, regocijarse en la victoria del otro, más que un sentimiento, es una decisión. Por eso, yo decido que las victorias de los demás me dan alegria.

Oración: Señor, decido regocijarme en la victoria del otro y te pido que me quites cualquier crítica o mal sentimiento que el éxito de alguien puede traerme. ¡Amén!

Versículo base: Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran. Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes.* No se crean los únicos que saben. No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. (NVI) Romanos 12:15-18

Loading

Compartilhe:

Adicionar um Comentário

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *