Ser igual para ser diferente

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Actualmente, existen sitios para la búsqueda de “dobles” en todo el mundo. Un “doble”, para aquellos que no estén familiarizados con el término, es “un individuo que es muy similar a otro, e incluso puede confundirse con este”. Por tanto, un “doble” es aquella persona cuya apariencia física es muy parecida a la tuya, hasta el punto de que la gente te puede confundir. Estos sitios que buscan parecidos comparan tus fotos con las de otros usuarios alrededor del mundo, buscando personas similares a ti, aunque sea en un país muy lejano, sin lazos familiares. Y he visto algunos resultados sorprendentes de personas que realmente podrían ser gemelos.

Sin embargo, siempre he entendido que estamos llamados a ser diferentes. Pero, de hecho, necesitamos ser iguales primero, para luego ser diferentes. Solo que debemos ser iguales a Cristo. Cuanto más me parezca a Cristo, más diferente seré de todo lo demás en este mundo. Y tal vez ahora estés pensando que ser “igual a Cristo” es demasiado pretencioso. Y es verdad. Pero esa debe ser mi meta, este debe siempre ser mi objetivo: “Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados”, nos invita Efesios 5:1. Pero, ¿cómo saber cómo es Dios? Por el ejemplo dejado por Jesús en la tierra.

Vivimos en un mundo donde prevalecen el orgullo, el egoísmo y la indiferencia. Pero Jesús es exactamente lo contrario de todo eso. Jesús es esencialmente humilde, desinteresado en sus propios deseos e interesado en nuestras necesidades. Cuanto más me parezca a Cristo, más diferente seré de la gente de este mundo. Y estas características mencionadas aquí, son solo algunas de ellas y podría enumerar muchas otras.

¿Quieres ser diferente? Sé igual. Sé igual a Cristo.

Oración: Señor, quiero ser lo más parecido a Cristo que me sea posible. Muéstrame cuáles son estas características de Jesús que necesito desarrollar en mi vida. Amén.

Versículo base: Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y anden en amor, así como también Cristo les amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma. (NBA2005) Efésios 5:1-2

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