Pelea la “buena batalla de la fe” cada día

Una mujer con guantes de boxeo

¿Cuándo fue la última vez que mandaste una carta a alguien?

A lo largo de su vida, el apóstol Pablo escribió muchas cartas, tanto a las diferentes iglesias a las que ministraba como a sus discípulos más directos. Muchas de esas cartas están recogidas en la Biblia, y conforman, de hecho, la mayor parte de los libros del Nuevo Testamento. 

La última carta que escribió es la que conocemos hoy en día como la “Segunda carta a Timoteo”. En ella, Pablo aprovecha para ofrecerle sus últimos consejos a su querido discípulo Timoteo, un joven discípulo lleno del amor de Dios que era como un hijo para él. 

Las palabras que más me han inspirado siempre en esta carta son: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe” (2 Timoteo 4:7). Pablo tuvo que pelear duramente a lo largo de su vida contra todo tipo de ataques y oposiciones de las tinieblas, pero en todas ellas su fe le ayudó a seguir adelante, y a obtener la victoria en Jesús. Y ahora, sabiendo que le quedaba poco y que había cumplido todo lo que Dios le llamó hacer, podía descansar en Su promesa, como dice en el versículo siguiente: “Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.” (2 Timoteo 4:8).

¡Pelea hoy “la buena batalla de la fe”! ¡Y peléala mañana! ¡Y pasado mañana! ¡Y al otro! ¡Y al otro…! Dios tiene preparadas nuevas fuerzas cada día para ti, nuevas victorias, nuevas aventuras de fe, y, al final de tu camino, una corona de justicia que Él mismo te pondrá, para que la disfrutes a Su lado por la Eternidad en el Cielo. ¿Acaso no es precioso?

Sí, da lo mejor de ti al Señor, ¡y pelea! En Él tienes la victoria por medio de la fe. Recuerda: ¡ERES UNA BENDICIÓN!

Versículo base: He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida. (NVI) 2 Timoteo 4:7-8

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