No se preocupen por nada

Una joven estaba muy ansiosa y preocupada por cierta situación, cuando una amiga le dijo:
– “Relájate, no es el fin del mundo”.
La joven, alterada, responde en voz alta:
– “Por supuesto que es el fin del mundo, ¿no lo ves?”
Entonces la amigo respondió:
– “Entonces relájate, si el mundo se va a acabar, ¿para qué preocuparse?”.

Me recuerda algo que escuché una vez: “Si tienes un problema y tiene solución, no necesitas preocuparte. Y si no tiene solución, no tiene sentido preocuparse”.

Nada puede ser más inútil que la preocupación o la ansiedad. Porque no trae ningún resultado práctico. Puedes pasar horas y horas ansioso y preocupado por una situación, pero ésta no cambiará simplemente porque te preocupas o te pones ansioso.

Lo que realmente cambia una situación es actuar. Todo el tiempo dedicado a la ansiedad y la preocupación, debería convertirse en tiempo de reflexión y estudio, para actuar y llegar eficazmente a una solución. Pero hay algo incluso más importante que la acción: cambiar la ansiedad por la oración. No hay problema o situación que no se pueda cambiar con tan solo una palabra del Señor.

El texto de Filipenses 4, versículo 6, nos dice exactamente esto: “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho”. Es interesante notar que además de la oración, el versículo trae una cosa más que se puede y se debe hacer, en lugar de estar ansioso y preocupado: agradecer.

Intente cambiar la ansiedad y la preocupación por oración y gratitud. Y no tengo dudas de que verás a Dios actuar en tu vida.

Oración: Señor, en lugar de estar ansioso y preocupado, quiero buscarte en oración. Y con el corazón agradecido, reconocer todo lo que has hecho en mi vida. Te entrego mi situación, declarando que confío en tus acciones. Amén.

Versículo base: No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.(NTV) Filipenses 4:6