Nacido el 4 de Julio

Una niña en los brazos de su papá soldado. Hebreos 10: 23

Una de las películas más conocidas de los años 90, la película producida en 1989, trata temas sociopolíticos, como la guerra y el deber que cada ciudadano tiene con su país. A partir de la famosa frase del presidente John F. Kennedy, “no preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer por tu país”, el personaje central de la película, Ron Kovic, comienza a desarrollar su deseo de servir a su país, pelear la guerra y hasta morir si es necesario.

Sin embargo, mientras está en el campo de batalla, el joven Ron Kovic conoce de cerca la realidad de la guerra, presenciando el asesinato de bebés, la ejecución de niños y incluso de sus propios compañeros. Ron Kovic termina recibiendo un disparo que lo deja parapléjico y, para su sorpresa, no recibe el cuidado y la atención que creía recibir alguien que había arriesgado su vida por el país. Finalmente, cuestiona todas sus ideas románticas de patriotismo cuando ve la realidad, desnuda y cruda, cara a cara.

No es fácil mantener nuestras convicciones cuando estamos cara a cara con la realidad. Las ideas de fe en Dios y sus promesas son hermosas y fáciles cuando estamos en la iglesia, levantando nuestras manos y adorando a nuestro creador. Sin embargo, algunas veces no vemos ningún sentido en ellas, cuando nos enfrentamos a la realidad de la vida y las dificultades que nos trae. Pero debemos recordar que Dios no falla. Una nación puede fallar a sus ciudadanos, un padre puede fallar a su hijo, una empresa puede fallar a sus empleados. Pero Dios no falla. “Fiel es que hizo la promesa”.

Oración: Señor, creo en tus promesas y quiero creer en ellas aún más cuando enfrento las adversidades de la vida. ¡Amén!

Versículo base: Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura. Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. (NVI) Hebros 10: 22-24

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