Las tostadas quemadas

Según lo encontré, esta historia fue creada por Antonia Giudice.

Se cuenta que cierta familia se sentó a cenar después de un largo día de trabajo. Mamá preparó huevos, ensalada y tostadas para todos. Sin embargo, las tostadas del padre de la familia se habían quemado. Y los niños estaban en la expectativa para ver la reacción de su padre ante las tostadas quemadas.

Mamá sirvió el plato de papá: dos huevos, ensalada y tostadas quemadas.
– “Lo siento, pero las tostadas están quemadas“, se disculpó.
– “Cariño, no te preocupes, me encantan las tostadas quemadas”, fue la respuesta del papá.

Una hora después, el padre estaba acostando a los niños y uno de ellos preguntó:
“Papá, ¿realmente te gustan las tostadas quemadas?
El padre, con una sonrisa en el rostro, respondió:
– “Hijo mío, tu mamá tuvo un largo día de trabajo y llegó cansada. Aun así, hizo todo lo posible para preparar nuestra cena. Y una tostada quemada no mata a nadie, pero las palabras duras pueden lastimar mucho”.

Mi amado, tenemos que aprender a hacer cambios. Cambiar una palabra dura por una palabra de amor. Cambiar una crítica o una queja por una palabra de incentivo y aliento.

Cuántas veces lastimamos a las personas que nos rodean por cosas totalmente sin importancia. Una tostada quemada nunca debe ser más importante que la persona que la hizo. El desorden en la casa nunca debe ser más importante que los que viven allí. La leche derramada o un vaso roto nunca debe ser motivo para lastimar a alguien con palabras de ira.

Por eso, la palabra de Dios nos enseña que “todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse”. Antes de hablar y lanzar palabras de enojo, necesitamos tomarnos un tiempo para escuchar, comprender, analizar el entorno y solo entonces, decir algo, libres de enojo.El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea”.

Las tostadas quemadas – Devocional Diario

Oración: Señor, quiero aprender a dominar mi ira y las palabras duras que salen de mi boca. Enséñame a ser pronto para escuchar, tardo para hablar y tardo para enojarme. Amén.

Versículo base: Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea. Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma. No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. (NTV) Santiago 1:19-22

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