La puerca lavada vuelve a revolcarse en el lodo
Un proverbio turco dice: “Cuando un payaso se muda a un palacio, no se convierte en rey. El palacio se convierte en el circo“. Y no quiero cuestionar aquí si es mejor ser payaso o rey, o si es mejor ser circo o palacio. Pero el dicho me recuerda un versículo bíblico que dice: “En su caso ha sucedido lo que acertadamente afirman estos proverbios: ‘El perro vuelve a su vómito‘” y también: “la puerca lavada, a revolcarse en el lodo”. El mensaje es el mismo. : sin cambiar tu esencia, sin una transformación profunda en tu interior, volverás a hacer las mismas cosas que hacías antes.
El contexto bíblico de los proverbios citados en 2 Pedro es una seria advertencia. Pedro advierte sobre lo peligroso que puede ser repetir los mismos errores que ya practicamos antes: “Si, habiendo escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, se encuentran nuevamente enredados en ellas y dominados por ellos, están en peor estado que al principio“. Pedro considera la recaída como algo tan grave que añade: “Más les hubiera valido no conocer el camino de la justicia, que abandonarlo después de haber conocido el santo mandamiento que se les dio“.
Necesito saber que sin una transformación completa de mi mente y corazón, volveré a cometer los mismos errores que cometía antes. Y mi mente y mi corazón son transformados por la oración y la lectura diaria de la palabra de Dios. No hay otro modo, no hay otra manera. Sin una decisión firme de leer, meditar y orar diariamente, serás el payaso del palacio, convirtiéndolo en un circo o como la puerca lavada que vuelve a revolcarse en el lodo.
Oración: Señor, reconozco que mi mente y mi corazón necesitan ser transformados para no volver a cometer los mismos pecados de antes. ¡Amén!
Versículo base: Si habiendo escapado de la contaminación del mundo por haber conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, vuelven a enredarse en ella y son vencidos, terminan en peores condiciones que al principio. Más les hubiera valido no conocer el camino de la justicia, que abandonarlo después de haber conocido el santo mandamiento que se les dio. En su caso ha sucedido lo que acertadamente afirman estos proverbios: ‘El perro vuelve a su vómito’, y ‘la puerca lavada, a revolcarse en el lodo’. (NVI) 2 Pedro 2:20-22