Fraude

Una ladrona en evidencia. Juan 8:7

Fraude se define en el diccionario como “cualquier acto astuto, engañoso, de mala fe, con la intención de dañar o engañar a otros, o de no cumplir con un determinado deber; engaño”. En pocas palabras, el fraude es engañar a alguien para obtener algún beneficio personal.

Cuando hablamos de fraude, inmediatamente pensamos en un criminal. Alguien capaz de robar y hacer trampa sin la menor pena o vergüenza. Sin embargo, una vez que entendemos que el fraude es simplemente engañar a alguien para obtener algún beneficio, nos damos cuenta de que todos cometemos fraude en algún momento.

Cometemos fraude cuando pedimos dinero prestado a un amigo y no se lo devolvemos (recuerde, engañar para obtener un beneficio). Además, cuando llegamos tarde al trabajo e inventamos una mentira. O cuando vendemos o compramos sin factura o adulteramos la declaración de renta. Mirando desde esta perspectiva, es muy probable que todos cometimos fraude en algún momento de nuestras vidas.

Por eso Jesús dijo: “El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra“, Juan 8: 7. Somos tan rápidos para juzgar y condenar a los demás, y tan lentos para identificar nuestras propias faltas. Si alguien podía juzgar a otros, era Jesús. Aun así, aquel que es santo, en el versículo 11 dice: “Yo tampoco te condeno“.

Por eso, decido cuidar más mi propia vida y mis errores, y menos la vida y los errores de los demás.

Oración: Señor, quiero ser más estricto conmigo mismo y menos estricto con los demás. Si Cristo no condenó a su prójimo, ¿quién soy yo para hacerlo? ¡Amén!


Versículo base: Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: –Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo. Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús solo con la mujer, que aún seguía allí. Entonces él se incorporó y le preguntó: –Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena? –Nadie, Señor. –Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.. (NVI) Juan 8:7-11

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