¿Es el trabajo un castigo?

Un hombre del campo, trabajador.

Quizás hayas escuchado esto antes: “el trabajo fue un castigo dado por Dios al hombre, a causa del pecado”. Esta afirmación surge por lo que Dios le dijo a Adán, poco después del pecado, en Génesis 3, del versículo 17 al 19. Entre otras cosas, dijo: “maldita será la tierra por tu culpa!” (versículo 17) y “te ganarás el pan con el sudor de tu frente” (versículo 19). Con esto, muchos entienden que el trabajo fue un castigo dado por Dios al hombre por el pecado y que, si no hubiéramos pecado, el hombre no trabajaría.

Sin embargo, esta es una mala interpretación de este pasaje y de lo que sucedió en Génesis 3. Incluso antes del pecado, el trabajo del hombre ya estaba establecido. En el capítulo anterior, encontramos algunas de las atribuciones de Adán. En el versículo 15 dice: “Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara”. Por tanto, cuidar y cultivar el huerto fue una tarea dada al hombre, cuando todavía no había pecado en el mundo. Luego, en el versículo 19, otra función: “Entonces Dios el Señor formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo, y se los llevó al hombre para ver qué nombre les pondría. El hombre les puso nombre a todos los seres vivos, y con ese nombre se les conoce “. Adán necesitaba nombrar a todos los animales, lo que, por lo tanto, fue otra tarea que Dios le dio.

Entonces, ¿qué pasó en Génesis 3? Después del pecado, lo que sucedió fue que el trabajo se volvió duro. “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”“. El trabajo, que debería ser placentero para el hombre, se volvió difícil. Y comprender eso es algo importante y liberador. Porque puedo saber que en el plan original de Dios, el trabajo no es una carga.

El sacrificio de Cristo en la cruz nos libró de toda condenación. Por tanto, también podemos encontrar satisfacción en nuestro trabajo. El trabajo ya no es ni debe ser una carga, en especial para los que somos hijos de Dios. ¡Tu trabajo puede y debe ser una bendición, no un castigo!

Oración: Señor, gracias por el trabajo que tengo hoy y por todos los que he tenido en mi vida. Son una bendición y no un castigo. ¡Amén!

Versículo base: Al hombre le dijo: “Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa! todos los días de tu vida. La tierra te producirá cardos y espinas, y comerás hierbas silvestres. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás.” (NVI) Génesis 3:17-19

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