El primer trozo del pastel

Hace poco vi una ilustración muy interesante, que quiero compartir aquí.

Quizás conozcas la tradición brasileña, del primer trozo del pastel. En una fiesta de cumpleaños, por ejemplo, cuando se corta el pastel, el cumpleañero puede elegir a quién le regalará el primer trozo. La persona elegida seguramente será alguien especial, a quien el cumpleañero desea homenajear en ese día tan especial.

Ahora imagina una fiesta en la que un hombre celebra su cumpleaños. En la fiesta están su madre, el padre, sus hermanos, su esposa, los hijos y algunos amigos. Él toma el primer trozo de pastel y va a dárselo a alguien. La esposa espera que sea para ella y su madre también, espera lo mismo. Pero este primer trozo de tarta se lo regala al amigo de fútbol. Por mucho que ahora le diga a su esposa “amor mío, todo lo que queda del pastel es tuyo”, lo que ella esperaba o deseaba no era el pastel, sino el honor, el reconocimiento, estar en el primer lugar.

De la misma manera, debemos darle el primer trozo de pastel al Señor. El Señor quiere recibir honor. Él quiere ser la prioridad en nuestras vidas. Por lo tanto, cuando comienzo mi día y no le doy las primicias de mi día, no lo estoy honrando. Si la primera actividad de mi día es revisar mensajes de WhatsApp, el honor se lo he dado a mi celular. Si empiezo mi día limpiando la casa, el honor le ha sido dado a mi hogar.

Te desafío hoy a darle las primicias de tu día al Señor. Recuerda: no es el pastel, es el honor. El honor del primer trozo, el reconocimiento, la prioridad.

Al comenzar el día, recuerda esta ilustración. Y dale el primer trozo al Señor.

Oración: Señor, quiero darte las primicias de mi día. Que nada ocupe el primer lugar en mi vida, lugar este que te pertenece. Amén.

Versículo base: Honra al Señor con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; entonces tus graneros estarán colmados con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto. (RV2020) Proverbios 3:9-10