El pato corre, nada y vuela
Seguramente has oído hablar del profesional “pato”. El pato es un animal que corre, nada y vuela. El lo hace todo. Pero corre mal, nada mal y vuela mal. Aunque lo haga todo, no hace nada bien.
Si el pato corriera como un guepardo, si nadara como un pez espada y volara como un halcón, el pato sería inmejorable. Porque un guepardo corre a 115 km/h y es el corredor más rápido del planeta. El pez espada, por su lado, puede nadar a una velocidad de 110 km/h y nadie puede vencerlo en el mar. El halcón peregrino, puede volar a una velocidad increíble de 320 km/h, lo que lo convierte en el animal más rápido que conocemos.
Pregunto entonces: en una “competencia”, ¿tendría el pato alguna oportunidad contra cualquiera de estos animales? Ciertamente que no. Por eso, lo que aprendimos es la necesidad de ser expertos en algo, en lugar de tratar de “hacer un poco de todo”.
En nuestra vida profesional, debemos actuar sabiamente. Estudiar con dedicación y aprender todo sobre un área o profesión determinada puede ser más importante que saber un poco sobre cada cosa. Cuando miro la palabra de Dios, encuentro que incluso para establecer la Iglesia aquí en la tierra, el Señor “constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de CAPACITAR al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo”, Efesios 4:11 y 12. Destaco intencionalmente la palabra CAPACITAR porque cada uno de nosotros, como cristianos, debemos buscar la mejora profesional en nuestras áreas de actividad.
Concluyo con esta pregunta: en tu desarrollo profesional, ¿eres un guepardo, un pez espada, un halcón o eres más como un pato?
Oración: Señor, te agradezco porque puedo aprender tanto de la creación como de tu palabra, y luego puedo convertirme en un profesional más calificado. Amén!
Versículo base: El Señor dice: “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.” (NVI) Salmos 32: 8