El mal es progresivo

El Salmo 1 pintado en la pared con tinta. Salmos 1: 1

La serie Breaking Bad es una de las más exitosas de la historia. Cuenta la vida de un profesor de química que, al descubrir una enfermedad terminal, decide empezar a fabricar estupefacientes para asegurar económicamente a su familia. Sin embargo, en el transcurso de la serie, el personaje central se hunde en una evidente progresión del mal y perda total de sus valores, llevando a toda su familia a la destrucción.

Mi hermano André Daniel Reinke, hizo una meditación en youtube sobre el Salmo 1, que al oírlo, rapidamente relacioné con la serie y la misma progresión del mal, que podemos tener, en una vida de pecado. El Salmo 1 y su versículo 1 es quizás uno de los más conocidos de la Biblia y muestra tres etapas diferentes del pecado, de las cuales feliz es el que no sigue: “Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos (1), ni se detiene en el camino de los pecadores (2), ni se sienta en la silla de los escarnecedores (2)”.

En este versículo, podemos encontrar esta progresión del mal, de la siguiente manera:

Etapa 1 – Andar en el consejo de los impíos – En esta primera etapa del pecado, aceptamos el consejo de aquellos que no temen a Dios. El primer nivel de degradación para un cristiano es buscar el consejo de aquellos que no temen a Dios.

Etapa 2 – Se detiene en el camino de los pecadores– En esta segunda etapa, no solo aceptamos consejos, sino que nos pasamos a andar por el camino de personas que no aman a Dios. Nuestra degradación y progresión del mal continúa avanzando.

Etapa 3 Sentar-se en la silla de los escarnecedores – en esta tercera y última etapa, no solo escuchamos sus consejos e andamos en sus caminos, sino que también pasamos a convivir con ellos, compartiendo la mesa, en una relación cercana con quienes se burlan de Dios.

Sin embargo, el Salmo 1, desde el principio, hace la advertencia más importante: “Cuán bienaventurado es” aquel que no hace tales cosas.

Oración: Señor, quiero alejarme de aquellos que no siguen tus caminos. Ayúdame, Señor, a evitar las malas compañías. ¡Amén!


Versículo base: ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!. (BLA) Salmos 1:1-2

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