Dios es soberano en todo momento

Dibujo de una carita feliz en día de sol y una carita triste en día de lluvia

Hagamos un ejercicio rápido: ¿Cuál ha sido el mayor logro de tu vida hasta la fecha? ¿Cuál es tu más grande conquista? Piense, retroceda en el tiempo y califique lo que considera el mayor logro o logro de su vida. Puede haber sido el logro de un puesto profesional, un hogar, estabilidad financiera, sus hijos, una familia. Entre todo lo que ha conquistado o logrado, ¿cuál ha sido el más significativo hasta la fecha? ¿De qué estarás orgulloso cuando seas viejo?

Ahora, piense en su mayor frustración, la más grande derrota de su vida, la batalla perdida, el sueño incumplido, la meta no alcanzado. ¿Por lo que has luchado y no has logrado? ¿Qué no has tenido y que era un sueño para ti? Podría haber sido igualmente, un puesto de trabajo no logrado, una casa no comprada, la estabilidad financiera no conquistada.

Si fuera posible establecer un paralelo entre estos dos momentos de su vida, ¿podría identificar qué fue diferente? ¿Fue suerte? ¿Fueron las circunstancias?

A veces sabemos exactamente lo que hemos hecho bien y mal entre los buenos y los malos momentos de nuestras vidas. En otros, sin embargo, puede que no sea tan fácil de discernir. Así que vuelvo mis ojos a la palabra de Dios y encuentro el texto central de hoy: Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios, y que el hombre nunca sabe con qué habrá de encontrarse después“.

Hay un Dios que es soberano. No puedo entender, juzgar o cuestionar lo que Él hace o permite que suceda. Solo sé que no merezco nada. Todo lo que tengo viene de Dios, de su infinita gracia y misericordia. Cuando conquisto algo, recuerdo que no soy yo, es Dios. Cuando pierdo, trata de identificar dónde fallé. Y si no encuentro un error, solo puedo pensar que es la soberanía de Dios lo que lo permitió. O como dijo Job: “Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos también recibir lo malo?” Job 2:10

Oración: Señor, quiero aprender a reconocer tu soberanía en todos los acontecimientos de mi vida, sean buenos o malos. ¡Amén!

Versículo base: Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios, y que el hombre nunca sabe con qué habrá de encontrarse después.(NVI) Eclesiastes 7:14

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