El hombre según el corazón de Dios

Hombre lavandose el rostro con agua abundante. Salmos 51: 2

David fue llamado “el hombre según el corazón de Dios”. Esta definición, dada por el mismo Dios para su siervo David es impresionante, considerando lo que el había hecho. La historia es larga y puedes leerla completa en 2 Samuel, capítulo 11 y 12. Pero resumiré aquí.

David ya era el Rey de Israel y desde su terraza en la casa real, vio a una hermosa mujer bañándose, llamada Betsabé, esposa del soldado Urías, que estaba en el campo de batalla. David ordena que la traigan a él y mantiene relaciones con ella. Como resultado, Betsabé queda embarazada del rey mientras su esposo estaba en guerra. Desconcertado con el embarazo, David ordena que traigan al soldado Urías para que pueda tener relaciones con su esposa y así ocultar su pecado. Sin embargo, Urías se niega a tener relaciones sexuales con su esposa, mientras que sus compañeros están en batalla. Luego, David intenta un segundo plan: emborrachar a Urías, de modo que mantenga relaciones con su esposa. Tampoco funciona. Luego, en una última acción desesperada, el Rey David envía Urías de regreso a la guerra, pero ordena que lo coloquen en la primera línea de la batalla, para que resulte herido y muerto, lo que terminó sucediendo. Entonces David se casó con Betsabé.

¿Cómo es posible que alguien que ha hecho algo como esto ser llamado “el hombre según el corazón de Dios”? Esto nos enseña mucho sobre la esencia de Dios y de su perdón. David si peco, pero después de ser confrontado por el profeta Natan (lea el capítulo 12) tuvo la capacidad de reconocer su pecado, arrepentirse genuinamente y clamar por el perdón de Dios, porque sabía que el pecado lo mantenía alejado de la presencia de Dios. Entonces escribió el Salmo 51. Y a Dios le complace un corazón arrependido. Un hombre conforme al corazón de Dios es un hombre arrepentido, verdaderamente arrepentido.

Entonces podemos concluir que un hombre conforme al corazón de Dios no es aquel que nunca peca (pues sería imposible), sino uno que reconoce, confiesa y se arrepiente genuinamente de su pecado. Y arrepentirse es algo que está a tu alcance y al mio. Entonces también podemos ser, usted y yo, hombres y mujeres según el corazón de Dios.

Oración: Señor, la esencia y la realidad de tu perdón son demasiado misteriosas para nuestra comprensión humana. Pero estoy agradecido por ese gran perdón. Amén!

Versículo base: “Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado.” (NVI) Salmos 51: 1-3

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