El hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido

Imagínese estar en 1945. Estás en un tren, con su familia, niños pequeños, rumbo a un campo de concentración. Lo que más me conmueve al conocer la historia del nazismo es saber que niños pequeños fueron separados violentamente de sus padres para no volver a verlos nunca más. Intento ponerme en sus zapatos, visualizar a mis hijos allí en esa situación y es algo que no logro pensar que lo podría soportar. Pero en medio de tantas historias tristes, algunas fueron de alegría. Una de ellas está registrado en esta foto a continuación. La foto fue tomada en abril de 1945 por el mayor Clarence Benjamin. Es el registro del momento exacto en que un tren de judíos que viajaba a un campo de concentración fue interceptado por las fuerzas aliadas. En ese mismo momento, estas personas descubrieron que ya no irían a un campo de concentración y que eran libres.

No sé ustedes, pero esta imagen me impacta. Y me recuerda que tú y yo también viajábamos en un tren, que nos llevaba por una vida de esclavitud y muerte. Y nuestro tren se detuvo, cuando Cristo murió en una cruz, para traernos la libertad. Ahora, a través del sacrificio de Cristo, solo necesitamos tomar la decisión de bajarnos del tren y comenzar una nueva vida, en libertad.

Sin embargo, es sorprendente ver que muchos prefieren quedarse en el tren, ya que no creen que su destino final sea la muerte y la esclavitud. En realidad, no se dan cuenta de que ya son esclavos y que ya están muertos. Y que Cristo nos trae resurrección, vida eterna.

¡Baja del tren! ¡Acepta a Cristo hoy! ¡Y descubre lo que es la verdadera libertad!

Oración: Señor, hoy elijo bajarme del tren que me llevaba a la esclavitud y la muerte. Elijo seguirte y ser libre. ¡Amén!

Versículo base: “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. (NVI) Lucas 19:10