El efecto Benjamin Franklin

El llamado “efecto Benjamin Franklin” es un método curioso para que las personas que no te quieren empiecen a quererte. Y es muy simple: intenta pedirle un pequeño favor a alguien a quien sabes que no caes bien. Este efecto se conoció como el “efecto Benjamin Franklin” porque lo aplicó en numerosas ocasiones con sus oponentes políticos. Siempre con excelentes resultados.

Por extraño que parezca, el resultado de pedirle un pequeño favor a alguien a quien quizás no le gustes, puede hacer que empiece a gustarle. Este fenómeno se conoce como “Disonancia cognitiva”, que básicamente son dos pensamientos que entran en conflicto. Es porque estamos naturalmente dispuestos a ayudar a una persona que nos agrada, pero entramos en conflicto cuando ayudamos a alguien que no nos agrada tanto. Sin embargo, cuando ayudamos a alguien que no nos gusta, esta contradicción en nuestro cerebro nos lleva a pensar que esa persona no es tan desagradable.

Recuerdo entonces que Jesús mandó amar a nuestros enemigos (Mateo 5:44). Y encuentro que será más fácil para mí amarlos si puedo hacer que me quieran. Y qué interesante saber que Dios nos creó de tal manera que podemos encontrar formas de ayudar a nuestra mente a simpatizar con las personas que no nos agradan tanto. Y lo contrário también.

Que tú y yo usemos el “efecto Benjamín Franklin” para mejorar nuestras relaciones y así establecer la paz que agrada a nuestro creador.

Oración: Señor, deseo vivir en paz con todos. Ayúdame a ganar gente a la que no le agrado también. ¡Amén!

Versículo base: “Ustedes han oído que se dijo: Áma a tu prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.” (NVI) Mateo 5:43-45