Dios es mi base, mi piso

La frase de Paola Velandia

Mi esposa escribió en una red social:“Dios es mi base, mi piso, si alguien intenta tumbarme, tiene que saber que caigo en los brazos de aquel que siempre me levanta”. Aprendo mucho sobre cómo mi esposa ve a Dios. Cuando Dios es la base, cuando él es tu piso, no hay caída que pueda ser definitiva, porque caerás en los brazos del padre.

Eso es lo que quiso decir el profeta Miqueas en el capítulo 7, versículo 8: “Caí, pero he de levantarme“. Y envía una advertencia a sus enemigos: “Enemiga mía, no te alegres de mi mal. Caí, pero he de levantarme; vivo en tinieblas, pero el Señor es mi luz.”. El gozo de los enemigos de un hijo de Dios dura poco. Porque nuestro Dios es fiel y nos levanta, no nos dejará caídos.

Mi deseo es que puedas tener a Dios como tu base, como tu piso. Y así, puedas afrontar las adversidades de la vida sin miedo.

Oración: Señor, te doy mi vida para que seas mi base, mi piso. Si me caigo, quiero caer en tus brazos. ¡Amén!

Versículo base: Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará! Enemiga mía, no te alegres de mi mal. Caí, pero he de levantarme; vivo en tinieblas, pero el Señor es mi luz. (NVI) Miqueas 7:7-8

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