Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores

El miedo es un sentimiento natural del hombre y también fue creado por Dios, como una forma de protección para los seres humanos. Por definición, el miedo es “un estado emocional que se expresa en el individuo cuando se enfrenta a una situación de amenaza inesperada”. Si ya hay tantos accidentes en el mundo, imagina un mundo sin miedo. Ciertamente, los accidentes serían infinitamente más frecuentes. Por tanto, el miedo es algo creado por Dios para protegernos. El problema comienza cuando permitimos que el miedo se apodere de nosotros, y que temamos incluso lo que no deberíamos temer.

Imagine la siguiente escena. Estás en un velatorio, de un querido familiar, abuelo, abuela, padre o madre. Y durante el velorio, el muerto se levanta de su ataúd. Es curioso pensar que la reacción natural de la mayoría de los presentes será la de huir, gritar, salir corriendo, con mucho miedo del “muerto”. Pero si te detienes a pensar, quien se puso de pie allí es tu abuelo, tu padre o tu abuela, no habría razón para tener miedo. Pero, ¿de dónde viene el miedo en una situación como esta? Ciertamente proviene de las películas que hemos visto, los libros que hemos leído, las conversaciones que hemos tenido que nos hacen pensar que un “muerto” es peligroso. Nuestras mentes a menudo están tan contaminadas que nos hace pensar que deberíamos tener miedo incluso de acercarnos a un cadáver. Y esa clase de miedo no viene de Dios.

¿De que tienes miedo? Hay más de 20 pasajes en la Biblia que expresan que nuestro Dios quiere quitarnos todos nuestros miedos. Pero si Dios creó el miedo, ¿por qué querría quitárnoslo? Porque el miedo que sentimos hoy ha superado con creces el miedo proteccionista que Él mismo diseñó. El miedo que sentimos hoy es el resultado de nuestras mentes contaminadas por experiencias pasadas y nuestras propias inseguridades.

Decide hoy entregar todos tus miedos en manos de nuestro creador. Como dice el Salmo 34: 4: “Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores”. Busque al Señor y no habrá más temor en su vida.

Oración: Señor, te entrego todos mis miedos. Limpia mi mente, que está contaminada de todo lo que yo he permitido entrar. ¡Amén!

Versículo base: “Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores.” (NVI) Salmos 34:4

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