Airbus A380
El Airbus A380 es el avión comercial más grande del mundo y puede transportar hasta 853 pasajeros. El A380 tiene 478 metros cuadrados de espacio útil disponible y eso representa un 40% más que el segundo avión de pasajeros más grande del mundo, el Boeing 747. Sin embargo, en febrero de 2019, Airbus anunció la discontinuidad en la fabricación del avión. ¿El motivo? Falta de pedidos o incluso cancelación de pedidos realizados, debido a que la aeronave no tenía costos operativos ventajosos para las aerolíneas.
Pensando en ello, recordé la Parábola de los Talentos, quizás una de las más difíciles de entender, porque parece, en cierto modo, injusta. Puedes leer la parábola completa en Mateo 25, desde el versículo 14 al 30. Pero la parábola habla del Señor que se fue de viaje y entregó talentos (monedas) a sus siervos. Todos hicieron negocios con estos talentos y obtuvieron ganancias para su amo. Excepto el que solo tenía mil talentos, que los escondió. Este siervo fue severamente castigado: “Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil. Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes” (versículos 28 y 30).
El gran mensaje de esta parábola es este: trabajamos para el maestro y no para nosotros mismos. Puede que le parezca injusto, pero no lo es. Solo existimos para servir a nuestro Señor. No podemos “ocultar” nuestros talentos. Si no servimos a nuestro maestro, que es Cristo, no servimos para nada en este mundo.
Pero, ¿qué relación tiene el Airbus A380 con eso? Asimismo, las empresas existen para atender a sus clientes. Si el A380 no es rentable para sus clientes, será desechado, al igual que el sirviente que no produce resultados para su amo. Puede que sea el avión más grande del mundo, el más moderno, el más impresionante. Si no hay retorno, si no da fruto, no servirá.
Que tú y yo podamos entender que existimos para servir a nuestro Señor: Jesucristo.
Oración: Señor, quiero ser un sirviente que da fruto. No quiero vivir una vida infructuosa. Yo existo para servirte. ¡Amén!
Versículo base: Después llegó el que había recibido sólo mil monedas. ‘Señor –explicó–, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.’ Pero su señor le contestó: ‘¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido. Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses. Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil. Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.’ (NVI) Mateo 25:24-30