El precio de ser diferente es menor que su recompensa

Una cafeteria Starbucks
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En la década de 1980, un hombre llamado Howard Schultz estaba a cargo del departamento de marketing de una empresa de café, en Seattle, Estados Unidos. Este hombre viajó a Italia y quedó encantado con los cafés italianos y en especial con las refinadas tazas donde se servía el café.

Cuando regresó de su viaje, Howard intentó convencer a sus jefes de que importaran las copas italianas para comercializarlas en Estados Unidos. Esta idea fue rechazada por la empresa y Howard decidió marcharse y montar su propio negocio de café. Abrió una cafetería y trató de ser diferente a todo lo que ya existía. Se dedicó a los detalles, como el mejor espreso, música de ópera, ambiente diferenciado. Su cafetería tuvo tanto éxito que años más tarde, compró la antigua cafetería donde trabajaba e incluso puso una de sus cafeterías en Italia, cumpliendo su gran sueño. ¿Cuál es el nombre de esa cafetería? ¡Probablemente has oído hablar de Starbucks!

Ser diferente cuesta, pero a la larga trae beneficios. Así como es difícil tener un negocio tan diferente de los demás, también es un desafío ser alguien diferente a los padrones de este mundo.

Cuando Jesús vino a este mundo, fue rechazado, principalmente por los líderes religiosos, porque lo que predicaba era muy diferente de lo que ellos pensaban: amar al enemigo, sentarse con un gentil, publicano o recaudador de impuestos, servir en lugar de ser servido, poner la otra mejilla, no amar el dinero y tantas otras cosas que no formaban parte de la vida de los fariseos que, por el contrario, amaban los puestos de honor, el dinero, ser servidos o vengarse de sus enemigos. Jesús era diferente y por eso fue odiado, rechazado y asesinado.

De la misma manera, el texto de hoy nos dice que seremos rechazados, por amar la palabra de Dios. Y si el fundador de Starbucks obtuvo la recompensa por ser diferente, en este mundo, nuestra recompensa podría no estar aquí, porque no pertenecemos a este mundo. Estamos aquí, solo de paso.

Oración: Señor, sé que para ser diferente hay un precio por pagar, pero también sé que la recompensa será mayor. Amén.

Versículo base: Yo les he dado Tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. (NBA2005) Juan 17:14-16

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