Yo soy el camino
El camino real persa fue un camino, construido por el rey de Persia, Darío I, que atravesaba toda la parte occidental de su imperio, desde la capital Susa hasta la ciudad de Sardis. Los registros históricos de Herodoto, del año 499 aC, hablan de casi 2700 km y que el recorrido se hacía a pie, en 90 días, o a caballo, en 9 días.
Desde la antigüedad, el hombre ha construido caminos para poder conectar dos puntos. Sin caminos, estradas o carreteras no habría progreso en la humanidad. Intenta imaginar un mundo sin carreteras. ¡Es inconcebible!
Asimismo, tú y yo estábamos separados de Dios. No había manera que pudiera acercarnos a Él. Debido a nuestro pecado, hubo separación. Dios, sin embargo, se encargó de establecer este camino y envió a Jesucristo a morir en nuestro lugar, y así restablecer nuestra conexión con Dios. Y esta verdad la podemos probar en las mismas palabras de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Él aún añade que no hay otro camino, no hay otra ruta posible, Él es nuestra única conexión con el creador: “Nadie llega al Padre sino por mí“.
Mi pregunta entonces es: ¿estás en este camino? ¿Estás caminando hoy hacia tu padre, por el único camino verdadero?
Oración: Señor, quiero caminar por ti, por el único camino verdadero, que es Jesucristo. ¡Amén!
Versículo base: –Yo soy el camino, la verdad y la vida –le contestó Jesús–. Nadie llega al Padre sino por mí. (NVI) Juan 14:6