Vivimos en un mundo cruel

Una lampara y una cruz. 1 Juan 5:4

Las “Abuelas de la plaza de Mayo” es una institución humanitaria en Argentina, donde un grupo de mujeres tiene la misión de recuperar a todos los bebés y niños de hombres y mujeres que fueron secuestrados y asesinados durante la dictadura militar entre 1976-1983. Ya se han encontrado más de 100 de estos niños, por supuesto, ahora en la edad adulta.

El “nieto” más famoso de las “Abuelas de la Plaza de Mayo” encontrado hasta ahora, sin duda, fue el nieto de la propia presidenta de la asociación, Estela de Carlotto. La hija de Estela, Laura Estela Carlotto, aunque estaba embarazada, fue secuestrada a fines de 1977. Su hijo nació, fue entregado en adopción y ella fue asesinada. El mismo destino tuvo el esposo de Laura, el padre del bebé, también ejecutado.

Vivimos en un mundo cruel. Nuestro mundo tolera los secuestros y asesinatos y muchos de ellos son llevados a cabo por los propios gobiernos. Porque “el mundo entero está bajo el control del maligno.“, según 1 Juan 5: 19. Y el maligno viene solamente “para robar, matar y destruir“, como encontramos en Juan 10:10.

Sin embargo, incluso en 1 Juan 5, en el versículo 4, el apóstol dice que “todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.”. Es decir, aunque vivamos en medio de este mundo cruel, que está bajo el control de Satanás, podemos vencer, a través de la fe y del nuevo nacimiento en Cristo Jesús. Y no hay otra forma de vencer en este mundo: “¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”, 1 Juan 5: 5.

Aun en medio a este mundo cruel, podemos ganar, a través de la fe en Cristo Jesús. ¿Tu crees?

Oración: Señor, creo en ti y en tu palabra. Entonces, sé que tengo la victoria en este mundo, a través de la fe en Jesucristo. ¡Amén!

Versículo base: Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre, ama también a sus hijos. Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios. En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (NVI) 1 Juan 5:1-5

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