Vida larga, muerte rapida

Vi una conferencia del filósofo brasileño Mario Sérgio Cortella, donde citó un saludo árabe, que es el título de la reflexión de hoy: “Vida larga, muerte rápida”. Es lo que todos queremos, una vida larga, pero una muerte rápida, sin sufrimiento. Tanto que se volvió un popular saludo árabe.

Es interesante porque realmente no queremos la muerte. Ni siquiera los árabes. Sin embargo, sabiendo que es inevitable, pensamos en la mejor manera de pasar por ella. Y deseamos una muerte rápida, preferiblemente durmiendo, sin dolor. Una muerte muy diferente a la que Cristo sufrió por nosotros.

En la Biblia tenemos la promesa de una larga vida. Si simplemente seguimos las pautas de la palabra de Dios. “Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad.“, Proverbios 3:1-2.

¡Sí, quiero una vida larga y una muerte rápida! Porque también sé que la muerte solo será terrenal. Y que lo mejor está por llegar, después de ella.

Oración: Señor, quiero seguir tus mandamientos y tener una vida larga y pacífica, como tu palabra promete. ¡Amén!

Versículo base: Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad. (NVI) Provérbios 3:1-2