Use el cinturón de seguridad
Cuando viajo desde Ibagué, donde vivo, a Bogotá, la capital de Colombia, a menudo elijo viajar en autobús. Además de ser más barato, es menos agotador. El viaje suele durar entre 5 y 6 horas, y prefiero mil veces estar cómodamente sentado en mi sillón, durmiendo una siesta de vez en cuando, que estar completamente absorto en el tráfico, los camiones, los adelantamientos, etc.
En cada viaje que hago en bus, siempre observo que más del 90% de los pasajeros no usan el cinturón de seguridad. Yo, sin embargo, siempre lo uso. Dios no quiera que sufra un accidente, pero si pasa, sé que usar el cinturón de seguridad podrá ser la diferencia entre la vida y la muerte.
En estos viajes, me pregunto por qué la gente no usa el cinturón de seguridad, si está ahí, justo al lado de ellos, disponible para usar. El cinturón de seguridad no está lejos, está ahí, solo tienes que extender su mano y tomarlo, y de esta forma viajar más seguro. Pero prefieren ignorarlo, y cuando llega el accidente, no hay tiempo para tomarlo rápidamente y salvarse. Cuando llega el accidente, ya es demasiado tarde.
Muy parecida es la vida de las personas que viven sin Cristo. Están en peligro de perder su eternidad, y Cristo está ahí, disponible, al alcance de la mano, el mismo camino de la salvación, pero es ignorado. Pasan años y años, y viven sus vidas sin salvación hasta que llega el día en que es demasiado tarde. Por eso, el profeta Isaías advirtió a su pueblo: “Busquen al Señor mientras puede ser hallado, Llámenlo en tanto que está cerca”, Isaías 55, versículo 6.
Mi querido lector: usa tu cinturón de seguridad. Y recibe a Jesucristo como Señor y Salvador de tu vida. El primero puede, tal vez, salvar el cuerpo. Pero el segundo, sin duda, salva tu alma de la muerte eterna.
Oración: Señor, quiero recibir a Cristo como Señor y Salvador de mi vida. Amén.
Versículo base: Busquen al Señor mientras puede ser hallado, Llámenlo en tanto que está cerca. Abandone el impío su camino, Y el hombre malvado sus pensamientos, Y vuélvase al Señor, Que tendrá de él compasión, Al Dios nuestro, Que será amplio en perdonar. (NBA2005) Isaías 55:6-7