¿Tus valores y principios tienen precio o valor?
Zach Galifianakis es un comediante y actor estadounidense que se hizo muy conocido por la serie de películas “¿Qué pasó ayer?”.
Se dice que su fama llamó la atención de varios patrocinadores, incluida una poderosa marca de artículos deportivos. Nadie en su sano juicio quiere rechazar una millonaria oferta de patrocinio de una de las marcas más poderosas del mundo, ¿verdad? Bueno, tal vez solo alguien con fuertes principios y convicciones lo podría hacer.
Zach Galifianakis y representantes de la mencionada empresa programaron una videoconferencia para discutir los detalles de un millonario contrato de patrocinio. En dado momento, Zach, de manera casual y relajada, dejó caer la pregunta:
– “Entonces, ¿Cómo van las cosas? Una pregunta: ¿todavía usan niños de 6 años para hacer sus zapatos?”
No preciso decir que la reunión se terminó de inmediato, sin respuesta a la pregunta y sin acuerdo de patrocinio.
Entonces pregunto: ¿tus valores y principios tienen precio o valor? Hay una gran diferencia entre precio y valor. Cuando tus principios tienen un precio, alguien puede comprarlos y te corrompes a cambio de una cierta cantidad de dinero. Pero cuando tus principios tienen valor, nunca te vendes y te aferras a tus propias convicciones.
Cristo vino a este mundo y no se corrompió. Satanás trató de comprar a Jesús ofreciéndole los reinos de este mundo: “El diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos. —Te daré todo esto —dijo— si te arrodillas y me adoras”.
No te vendas por los reinos de este mundo. Ante las ofertas tentadoras de este mundo, di como Jesús al diablo: “¡Vete de aquí, Satanás!”
Oración: Señor, quiero tener valor y no precio. Quiero perseverar en mi fe y convicciones y resistir las ofertas de este mundo. Amén.
Versículo base: Luego el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos. —Te daré todo esto —dijo— si te arrodillas y me adoras. —Vete de aquí, Satanás —le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a él” . Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús. (NTV) Mateo 4:8-11