Tragedias

Una ciudad en llamas. Deuteronomio 30:19

En la noche del 30 de diciembre de 2004, un incendio en un club nocturno llamado República de Cromañón en Buenos Aires mató a 194 personas e hirió a más de 1.400 personas. Un incendio muy similar tuvo lugar en Brasil, en la Boate Kiss, el 27 de enero de 2013, donde murieron 239 personas y más de 124 resultaron heridas.

Cuando ocurre una tragedia así, es inevitable pensar “¿por qué Dios permitió?” Cuestionamos a Dios como si El fuera responsable y olvidamos algo muy valioso que Dios dio a la humanidad llamado “libre albedrío“.

El libre albedrío nos permite decidir cómo vivir nuestras vidas y cómo actuar en cada situación. Es por eso que los humanos somos responsables de todo lo que sucede en nuestro planeta. Absolutamente todo.

Culpar o responsabilizar a Dios por nuestras decisiones es ignorancia. Los incendios y las tragedias no ocurren por accidente. Los clubes nocturnos no ardieron por casualidad, por supuesto que hubo personas que fueron las responsables de estos incendios. Incluso las tragedias naturales no son el resultado del azar, ya que el hombre interfiere constantemente con el medio ambiente.

Dios es soberano, pero nos ha dado a ti y a mí la libertad de decidir. Por lo tanto, siempre debemos tomar buenas decisiones.

Oración: Señor, siempre quiero tomar buenas decisiones. Te agradezco tu libre albedrío, pero decido amarte y servirte. Amén!

Versículo base: “Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. Ama al Señor tu Dios, obedécelo y sé fiel a él, porque de él depende tu vida, y por él vivirás mucho tiempo en el territorio que juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.” (NVI) Deuteronômio 30: 19-20

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