Soberanía y amor incuestionables

Avion de papel cae y prende fuego

Sucedió hace exactamente 60 años. En el 3 de junio de 1962, el vuelo 007 de Air France se estrelló durante el despegue en el aeropuerto de Orly en Francia. Con al menos 120 pasajeros estadounidenses, la mayoría artistas de la ciudad de Atlanta, el accidente se produjo en medio al movimiento de derechos humanos en Estados Unidos, un período en el que el país vivía la segregación racial. Y una desafortunada declaración del líder de la Nation Islam, Malcolm X, causó mucha controversia. Celebró el accidente y las muertes, con estas palabras: “Quisiera anunciar una cosa muy bonita que pasó… Hoy recibí un hilo de Dios… Bueno, alguien vino y me dijo que Dios respondió nuestras oraciones en Francia. Él dejó caer un avión con más de 120 personas blancas, porque los musulmanes creen en el ojo por ojo y diente por diente. Pero gracias a Alá, Jehová o Dios, seguiremos orando. y espero que cada día caiga otro avión del cielo“.

Celebrar cualquier muerte y atribuirla a Dios, como resultado de oración, es desconocer por completo a Dios. Ni siquiera la muerte de un bandido agrada al corazón de Dios. “Tan cierto como que yo vivo afirma el Señor omnipotente, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva” (Ezequiel 33:11).

Tal vez me dirás: “Bernardo, en el antiguo testamento Dios mandó matar a muchos de los enemigos del pueblo de Israel“. ¡Y es verdad! Sin embargo, una cosa es la soberanía de Dios sobre la vida y la muerte (que es incuestionable) y otra muy diferente, es pensar que Él celebra cualquier muerte. Dios es soberano sobre la vida de todo ser humano y es Él quien determina el día del fin de cada uno de ellas, sin importar si será un infarto, un accidente o en la vejez. Pero si la soberanía de Dios no puede ser cuestionada, su amor por nosotros es igualmente incuestionable.

Oración: Señor, tu soberanía y tu amor son incuestionables. Quiero conocerte para entender mejor tus acciones. ¡Amén!

Versículo base: ‘Hijo de hombre, diles a los israelitas: Ustedes dicen: ‘Nuestras rebeliones y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y nos estamos consumiendo en vida. ¿Cómo podremos vivir? Diles: Tan cierto como que yo vivo afirma el Señor omnipotente, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir? (NVI) Ezequiel 33:10-11

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