Silencio en la subasta

Un hombre esmaga un corazón con las manos. Mateo 19:8

Sucedió en el estado de Nebraska, en los Estados Unidos. Unos 200 agricultores permanecieron en silencio durante una subasta agrícola. ¿El motivo? Todos habían decidido permitir que un joven y su padre pudieran recomprar su granja que estaba siendo subastada y, por lo tanto, no hicieron ninguna oferta. Así, padre e hijo pudieron recuperar su propiedad en la primera oferta realizada.

Esta historia me conmueve porque me enseña que cuando los seres humanos quieren hacer el bien, lo hacen. El sistema es cruel, implacable, puede tomar la propiedad de alguien y ponerla a disposición del mayor comprador. Sin embargo, el ser humano puede tomar la decisión de no ser parte de este “sistema”. Como seres humanos, tenemos el poder de decidir no usar el sistema para nuestro beneficio, sino, para hacer justicia.

Esto es lo que Jesús trató de explicar cuando se le preguntó sobre el “permiso de divorcio” otorgado por Moisés en el Antiguo Testamento. “Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio”, Mateo 19: 8. Las leyes solo son necesarias debido a la dureza del corazón del hombre. Si el ser humano no tuviera un corazón tan duro y egoísta, sin cuidado y amor por los demás, no sería necesaria ninguna ley. Sin embargo, necesitamos leyes para todo.

Veamos palabras del filósofo griego Hermógenes que dijo: “Son los hombres y no las leyes las que deben cambiar. Cuando los hombres son buenos, mejores son las leyes. Cuando los hombres son sabios, las leyes son innecesarias y dejan de existir. Pero esto será posible solo cuando las leyes estén escritas y activas en el corazón de cada uno de nosotros ”.

Oración: Señor, sé que las leyes existen debido a la dureza de mi corazón. Quiero ser bueno con mi prójimo, sin importar lo que diga la ley. ¡Amén!

Versículo base: Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. Ellos le dijeron: Entonces, ¿por qué mandó Moisés DARLE CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA? El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio.(NVI) Mateo 19:6-9

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