Si no dependes de Dios, dependerás de otra cosa
Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo dependiente. Como bebés, dependemos de un adulto para que nos cuide. Incluso como adultos, dependemos del aire que respiramos y de los alimentos que le dan energía a nuestro cuerpo. También dependemos unos de otros.
Hay, sin embargo, una dependencia que muchos no reconocen: dependemos de alguien que llene el vacío que existe dentro de nosotros. A causa del pecado, el hombre nace, crece y vive con un vacío en su interior que sólo Dios puede llenar. Y cuando no buscamos a Dios, tratamos de llenar ese vacío con muchas otras cosas: esposa, hijos, trabajo, dinero, drogas, juegos, distracciones. Porque cuando no dependemos de Dios, vamos a depender de otra cosa. Porque fuimos creados con esta condición de dependencia.
Por lo tanto, la Biblia nos dice que busquemos “primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas“. (Mateo 6:33) Cuando dependo de Dios, aprendo que todo lo que necesito vendrá de Él. “Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda“. (Juan 3:27). Todo lo que tenemos o somos proviene de Dios.
Mi pregunta es simple y directa: ¿de quién o de qué dependes? Si no dependes de Dios, dependerás de otra cosa.
Oración: Señor, quiero depender de ti. Quiero reconocer que todo lo que tengo y soy viene de ti. Amén.
Versículo Base: Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. (NVI) Mateo 6:33