Salvado por la campana

Todo el que invoque el nombre del Señor sera salvo. Hechos 2: 21

Hay 3 posibles explicaciones para la creación de la frase “salvado por la campana“. Una de ellas dice que la expresión surgió en el boxeo, donde la campana salva a uno de los luchadores de un posible nocaut al terminar la ronda en el minuto preciso. Otra dice que un guardia en el Castillo de Windsor, en Inglaterra, fue acusado de dormir en su turno. En su defensa, el guardia afirmó haber escuchado sonar la campana de la iglesia 13 veces esa noche. Habría sido perdonado y por eso se usaría hasta hoy la expresión en Inglaterra “saved by the bell”.

La última y un poco más macabra versión dice que, también en Inglaterra, los muertos eran enterrados con una soga atada a la muñeca y conectada a una campana externa. Si sonaba la campana, era una señal de que el “muerto” estaba vivo y, por lo tanto, también sería “salvado por la campana“.

Afortunadamente, nosotros no necesitamos una campana para ser salvados. Somos salvos solo invocando el nombre de Cristo nuestro salvador. “Y sucederá que cualquiera que invoque el nombre del Señor será salvo”, Hechos 2: 21. La sangre de Cristo derramada en la cruz en nuestro lugar nos ha dado la salvación y la vida eterna. Sin campanas o cualquier otra cosa. Solo clamando con nuestra voz.

Oración: Señor, te agradezco por tu salvación. Gracias porque por tu gracia y misericordia soy salvo. Te pido Señor la salvación de cada uno de mis amigos y familiares, esta es mi oración. Amén

Versículo base: “Jesucristo es ‘la piedra que desecharon ustedes los constructores, y que ha llegado a ser piedra angular’. De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.” (NVI) Hechos 4: 12

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